EL HUMANO COMO UN JARDIN 

Surge como alternativa al modelo filosófico de la medicina moderna occidental, la cual desde la época de la ilustración, a través de máximos pensadores como René Descartes (cogito ergo sum; pienso, por lo tanto soy) representó al ser humano como una máquina. La medicina del lejano oriente ve al humano y a su cuerpo más bien como un jardín. Como hijo de su tiempo, fue importante para Descartes y sus colegas contemporáneos, hacer del humano una máquina. Después de todo, la ilustración estuvo en curso con la contemporánea industrialización, en la cual la fuerza del hombre fue sustituida con gran estilo por la potencia de la máquina. La comparación era obvia y finalmente se quería tener puntos de vista nuevos y necesarios, en lugar de las ideas imperativas del clero, como la del pecado original de la oscura Edad MediaEsta corriente era bien intencionada, sin embargo, también se echaron buenas cosas por la borda; mucho de lo que no podía ser explicado con la razón fue desechado y declarado como idiotez. Pero también mucho fue corregido y sacado a la luz por la ciencia moderna

La medicina actual integra, afortunadamente cada vez más en su pensamiento, esta filosofía oriental de no ver al ser humano como una máquina. Revisando la historia de la medicina tradicional china puede advertirse que tampoco se ha trazado sin enredos y con un simple hilo conductor a través de sus diferentes épocas. Innumerables escuelas, eruditos y médicos discutieron sobre su desarrollo, inconsistencias, aciertos y puntos comunes. Una gran y larga tradición de una ciencia endémica, que ha sido a menudo injusta y rápidamente criticada por un occidente supuestamente superior.

Un jardín con diferentes arriates; por ahí flores, por allá hortalizas y hierbas aromáticas, por allá atrás matas, arbustos, pequeños y grandes árboles. Todos ellos quieren ser cuidados y nutridos, cada uno con sus singularidades. Todos necesitan tierra, minerales, sol, aire y agua. Ahí puede estar demasiado húmedo, ahí demasiado seco, allá demasiado caliente y por allá demasiado sombrío. El entorno y las condiciones adecuados deben crearse para todos, para que todos puedan prosperar en su diversidadEs un reto para cada jardinero o amante de la naturaleza conducir la cantidad adecuada de agua por canales o dejar secar las diferentes áreas. Nada debería de empantanarse o deshidratarse, congelarse o quemarse. Un tratamiento semejante demanda el cuidado de nuestro organismo y de nuestro espíritu. Alimentarlo y desintoxicarlo en el momento correcto y así poder cosechar las consecuencias de nuestro cuidado. El agua humedece la tierra y junto con el sol y el aire son la base para la vida. La proporción correcta entre estos elementos es esencial para un buen resultado. 

 Las emociones son similares al clima y tienen efecto en las condiciones del jardín. Un tiempo nublado o soleado, inviernos eternos, bruma quieta o viento feroz. Cuando una condición meteorológica llega a ser excesiva, algunas plantas sufrirán mientras que otras dominarán. El ambiente adecuado hace la diferencia, cuidemos nuestro jardín tan meticulosamente como nos sea posible.

 O como suele decir el Daoista: Vengan, sean hermosos como las flores y luego vayan de nuevo. 

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